A todos nos gusta lucir más joven y es cierto que el primer lugar donde la vejez se refleja es en el rostro, las arrugas y flacidez nos delatan sin hablar.
Para lucir un rostro delgado y tonificado es fundamental ejercitar los músculos, y para ayudarte a lograrlo te compartimos los siguientes ejercicios:
Calienta los músculos
Antes de iniciar los ejercicios es fundamental realizar un buen calentamiento.
De pie o sentada coloca tu espalda recta, posteriormente comienza a pronunciar las vocales (a,o,i,e) pronúncialas despacio y claro hasta que sientas el calor en todo el rostro.
Siéntate y lleva la cabeza cara atrás. Como si quisieras alcanzar el techo con el labio inferior. Desplaza cara adelante el labio lo más que puedas y mantén esa postura a lo largo de cinco a diez segundos. Relaja los músculos y repite dos a tres veces más.
Para este ejercicio necesitas abrazarte primero. Entonces comienza a estirar el cuello cara arriba. Es esencial sostener la espalda recta. Cuando sientas que llegaste al máximo, haz una respiración profunda y cuenta hasta diez y de ser posible hasta el quince. Entonces, de manera lenta retorna a la postura inicial.
A pesar de ser un ejercicio sencillo, es muy eficaz para combatir la flacidez de la piel.
Baja los extremos de los labios y estíralos cara abajo lo más que puedas a lo largo de cinco segundos. Entonces retorna a la situación normal. Repite el ejercicio cinco veces o bien más hasta que sientas el cansancio en los músculos.
Siéntate con la espalda completamente recta, toma un lapicero y sujétalo bien con los labios. Ahora, sin mover la cabeza, comienza a redactar con el lapicero tu nombre en el aire o bien ciertas letras. Repite el ejercicio a lo largo de tres minutos, posteriormente haz una pausa y repite 3 veces más.
Inclina la cabeza cara la derecha, como si quisieras tocar tu hombro con tu oreja. Al tiempo, haz presión sobre la sien izquierda con la mano derecha, procurando bloquear el movimiento de la cabeza. Mantén la postura a lo largo de diez segundos, entonces repite al otro lado.
Aspira de manera profunda, aprieta los labios y también infla las mejillas. Pon las manos sobre los cachetes de tal modo que los dedos cubran los oídos. Ahora comienza a efectuar presión sobre las mejillas, creando resistencia y tensando los músculos. Haz tu máximo esfuerzo, mantén la postura a lo largo de cinco segundos, entonces relájate y descansa. Repite el ejercicio cinco veces.
Cubre los dientes con los labios. Ahora desplaza levemente la quijada inferior cara adelante y pone un dedo índice sobre el mentón. Superando la resistencia del dedo, utilizando los músculos de la cara, presiona la barbilla, relajando y tensando los músculos. Repite diez veces.
El último ejercicio es un poco difícil pero muy eficiente contra la famosa “papada”.
Coloca tus puños debajo de la barbilla, apóyate haciendo presión con la lengua a cerca de los dientes. Presiona los puños como si quisieras cerrar tu boca y crea resistencia con la lengua. Mantén la tensión a lo largo de treinta segundos, entonces relaja los músculos a lo largo de cinco segundos y repite diez veces.